Objetivos de la rehabilitación neuropsicológica

La rehabilitación neuropsicológica es un proceso a través del cual los pacientes con daño cerebral trabajan junto con profesionales del servicio de salud para remediar o aliviar los déficit cognitivos que surgen tras una afección neurológica. Las metas básicas de la intervención se pueden resumir en dos grandes objetivos (Wilson, 1991):

- Reducir las consecuencias de las deficiencias cognitivas en la vida diaria.

- Reducir el nivel en que estas deficiencias impiden el funcionamiento adecuado del individuo en su entorno social.


Estos objetivos globales pueden detallarse en cuatro objetivos específicos (Muñoz, 2009):

a) Asegurar la autonomía personal y favorecer la socialización.

b) Favorecer la estimulación de las funciones cognitivas superiores.

c) Acompañar a al persona en la toma de conciencia de sus dificultades.

d) Acompañar a la persona y a sus allegados en el trabajo de elaborar un nuevo proyecto de vida.


La rehabilitación neuropsicológica  debe enfocarse en metas relacionadas con la vida cotidiana del paciente, esta debe ser entonces implementada en el ambiente donde el paciente desarrolla su vida. Si eso no es posible, al menos deberíamos asegurarnos que el lugar donde entrenamos una habilidad sea similar a dicho ambiente. En otras palabras, si logramos que algo funcione en la clínica, debemos asegurarnos de que también funcione en el hogar. Un requisito para lograr esta meta es que el trabajo de rehabilitación debe ser colaborativo, negociando objetivos entre la familia, el paciente y los profesionales de la rehabilitación (Wilson, 2017). 



Bases biológicas de la intervención

La OMS, define el término neuroplasticidad como la capacidad de las células del sistema nervioso para regenerarse anatómica y funcionalmente, después de estar sujetas a influencias patológicas ambientales o del desarrollo, incluyendo traumatismos y enfermedades. Se definen diversos mecanismos de neuroplasticidad en dependencia del proceso que la origine, el lugar donde se desarrolla, el mecanismo por el cual se produce, entre otras (Sierra y León, 2019):

Supersensibilidad de denervación: resulta de un permanente incremento de la respuesta neuronal por la disminución de las aferencias. El sitio receptor puede llegar a ser más sensible a un neurotransmisor o los receptores aumentar en número. Este podría ser un factor en la reorganización de sistema nervioso central.

Compensación conductual: después de un daño cerebral pueden desarrollarse nuevas combinaciones de conductas; un paciente puede usar diferentes grupos de músculos u otras estrategias cognoscitivas.

Neurotransmisión por difusión no sináptica: Este mecanismo se ha demostrado en pacientes con infarto cerebral; después de la destrucción de las vías dopaminérgicas existe incremento en la regulación de receptores de membrana extrasinápticos.

Desenmascaramiento: las conexiones neuronales en reposo que están inhibidas en el estado normal pueden desenmascararse después de un daño cerebral.

Lo relevante de todos estos procesos es que el cerebro es capaz de recuperar hasta cierto punto las funciones afectadas por el daño provocado por lesiones o enfermedades. La estimulación y la rehabilitación buscan promover estos procesos por medio del desarrollo de tareas que estimulen las zonas afectadas. En algunos casos en los que una función se ha visto severamente afectada, la estrategia a emplear será la de desarrollar estrategias compensatorias. Por ejemplo las personas con prosopagnosia (incapacidad de reconocer rostros) pueden recurrir a diversas estrategias de afrontamiento, tales como:  confiar en otras personas significativas para señalar la identidad de los demás, Identificar a otros a través de la conversación, Señales extrafaciales de identidad, tales como la ropa, la altura, el genero, el grupo étnico, etcétera (Adams, Hills, Bennetts & Bate, 2019). 


Restauración y reentrenamiento de la función

Los programas de restauración de la función (también llamados de reentrenamiento o estimulación de la función) normalmente implican la práctica de ejercicios diseñados para fortalecer algunos procesos básicos, tales como atención, memoria, percepción, funciones ejecutivas, etc. El fundamento teórico sobre el que se basa este tipo de intervención reside en la concepción de que la estimulación de los distintos componentes de los procesos cognitivos conducirá a un mejor procesamiento y a una automatización de dichos procesos, mostrando, así, un mejor rendimiento. 

La restauración de la función requiere que el paciente realice una serie de ejercicios, más o menos repetitivos, en los que se vea directamente implicada la función alterada, bajo el supuesto de que la red neural que participa en su ejecución estará siendo entrenada, facilitando, acelerando y dirigiendo la recuperación neuronal y los mecanismos de recuperación espontánea, promoviendo la plasticidad neuronal e incluso la regeneración de neuronas (Muñoz, 2009).

La estimulación de la función implica mecanismos de "abajo-arriba", de modo que los estímulos externos o los procesos de bajo nivel son los que arrastran hacia la recuperación de los procesos de alto nivel. Así, este tipo de entrenamientos suele comenzar con tareas sencillas que se van complicando a medida que el paciente progresa.


Modificación del entorno y acomodación de las tareas

La adaptación de la tarea o el entorno tiene como objetivo facilitar la realización de las tareas al paciente, eliminando barreras y posibles distractores, aportando clave para realizar la tarea, guiándole en el proceso de la actividad, etc. En este caso, no se trata exclusivamente de señalar al paciente el camino para llegar a su destino mediante flechas o el etiquetado de los armarios -dos de las modificaciones del entorno más frecuentes- sino que existen múltiples modificaciones que pueden ser empleadas para facilitar la vida de los pacientes, como por ejemplo, minimizar las posibles interrupciones, organizar listas con los pasos a seguir, utilizar sistemas de clasificación, fijar lugares para dejar mensajes, etc. En muchos casos, todo ello se consigue mejorando la estructura de las tareas, e incluso reduciendo la presión del tiempo (Muñoz, 2009).


Bibliografía

Adams, A; Hills, P; Bennetts, R & Bate, S (2019). Coping strategies for developmental prosopagnosia. Neuropsychological Rehabilitation. 30 (10), 1996-2015.

Muñoz, E (2009). Estimulación cognitiva y rehabilitación neuropsicológica. Barcelona. Editorial UOC.   

Sierra, E y León, M (2019). Plasticidad cerebral: una realidad neuronal. Revista de ciencias medicas de Pinar del Río. 24 (4), 599-609. 

Wilson, B (1991). Theory, Assessment, and Treatment in Neuropsychological Rehabilitation. Neuropsychology, 5(4), 281-291.

Wilson, B; Mac Auliffe, M y Salas, C (2017). Principios generales de la rehabilitación neuropsicológica. Facultad de Psicología de la Universidad Diego Portales, Santiago, Chile.

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