Elementos esenciales de la evaluación neuropsicológica
De manera óptima, la aplicación de pruebas neuropsicológicas debe llevarse a cabo en condiciones de razonable silencio, sin tránsito de gente ni vistas distractoras. En la mayoría de los casos, este entorno es una sala de evaluación con suficiente luz artificial, mantenida a una temperatura agradable y con ventilación adecuada. Por lo general lo mejor es sentar al paciente de tal modo que vea hacia donde no haya ventanas ni puertas donde se pueda ver actividad y para evitar reflejos que deslumbren. Cuando esto no es posible, puede ser necesario mantener las persianas abajo y las puertas cerradas, particularmente si fuera de la sala hay mucha actividad. La disposición de los asientos también debe tomar en cuenta los espacios en las paredes que contengan imágenes distractoras (Hebben y Milberg, 2011). Una buena evaluación neuropsicológica debe tomar en cuenta los diversos factores:
Atención
Evaluar la atención significa evaluar las múltiples facetas que integran la matriz de la atención. Ésta puede ser conceptualizada por los elementos que involucra: lapso de la aprensión; la capacidad de concentración, para dividir y sostener la atención; manipulación mental; y resistencia a las distracciones o interferencias (Hebben y Milberg, 2011).
La prueba de dígitos directos e indirectos y Letras y Números del WAIS III es una de las mas utilizadas para evaluar este aspecto. La prueba de dígitos consiste en dos partes que se aplican por separado: dígitos en orden directo y dígitos en orden inverso. En los dos casos el examinador debe leer en voz alta al sujeto una serie de números, bien el mismo orden en que se ha presentado (orden directo) o en orden inverso. Este último caso se aplicará siempre, incluso cuando el sujeto no haya puntuado en el orden directo. Se aumenta progresivamente la longitud de la serie, hasta que el participante comete dos fallos seguidos. En el orden directo un resultado con series de 6 o 5 números se considera normal, series de 4 y sobre todo de 3 números apuntan a la existencia de problemas. En el orden inverso, 4 números se considera normal, 3 puede ser indicativa de problemas y parar en las series de 2 es in indicativo claro de que existe un defecto (Rodríguez, 2011).
Aprendizaje y memoria
La evaluación de la memoria requiere de evaluar numerosos procesos aparentemente disparados en las modalidades tanto verbal como no verbal. Evaluar la memoria significa evaluar codificación y adquisición de información, retención y recuperación, índice del deterioro y susceptibilidad a interferencia, así como memoria de reconocimiento contrapuesta a memoria espontánea (Hebben y Milberg, 2011).
La prueba de screening del deterioro cognitivo (SCIP-S) específicamente desarrollada para detectar los principales déficits cognitivos que presentan las personas con algún tipo de enfermedad mental, aunque también puede utilizarse para evaluar el estado cognitivo de adultos sin enfermedad mental. Está compuesta por 5 pruebas breves que exploran la memoria de trabajo, la fluidez verbal, la velocidad de procesamiento, el aprendizaje verbal inmediato y el aprendizaje verbal diferido. Los resultados permiten obtener un perfil de los déficits cognitivos del paciente, además de una puntuación total que resume su estado actual. Dispone de tres formas paralelas de la prueba que permiten evaluar a los pacientes en varias ocasiones, evitando así el efecto de aprendizaje. Esto, unido a su brevedad, hace del SCIP-S una prueba ideal para la práctica clínica ya que se pueden utilizar distintas formas en la evaluación inicial y en las diferentes visitas de seguimiento (Pino, Guilera, Rojo, Gómez, Purdon, 2014).
Funciones del lenguaje
El clínico puede estudiar múltiples aspectos de capacidad de lenguaje a través de observaciones de la conducta. La comprensión auditiva intacta puede ser evaluada por medio de la capacidad de un paciente para seguir instrucciones sin necesidad de requerir repeticiones o explicaciones. La repetición intacta puede ser vista a través de observar a un paciente repetir una frase u oración. Otras funciones de lenguaje requieren de pruebas específicas para delinear déficits particulares. Las pruebas pueden ser necesarias para evaluar habilidades de vocabulario, características de afasia y dificultades para nombrar (Hebben y Milberg, 2011).
Funciones visoespaciales
Una evaluación de batería exhaustiva contiene mediciones diseñadas para evaluar percepción visual y capacidades visoespaciales, como construcción visual e integración visual. También incluye mediciones que examinan funciones visostáctiles y la presencia o ausencia de negligencia visual (Hebben y Milberg, 2011).
El test de figura compleja de Rey es una prueba estandarizada de valoración neuropsicológica, creada por André Rey originariamente para evaluar la organización perceptual y la memoria visual en personas con lesión cerebral, y que posteriormente se ha mostrado útil para evaluar funciones cognitivas en una población más amplia. Se trata de un test de los llamados guestálticos. Se divide en 18 elementos, cada uno de los cuales puntúa sobre 2 si la ejecución es correcta; cuando hay un fallo en la ubicación o en el trazado del elemento, se adjudica un punto, y si tanto la ubicación como el trazado es incorrecto (o el elemento está ausente), se adjudica 0. Por tanto, la escala oscila entre 0 y 36 puntos. La puntuación media de un adulto es 32 puntos (Rey, 2003).
Motricidad
Dentro de la evaluación se deben incluir pruebas de desempeño motriz. Estas pruebas pueden identificar impedimento motriz. Las caídas, son el cuarto síndrome geriátrico con mayor prevalencia, incrementan la morbilidad y la mortalidad, disminuyen la funcionalidad, y aumentan prematuramente el ingreso a los hogares geriátricos. Las alteraciones de la marcha y el equilibrio son los principales factores que las generan La escala de Tinetti de marcha y equilibrio ha demostrado ser una herramienta válida y confiable para la evaluación de la movilidad (Rodríguez y Lugo, 2012). Se considera riesgo alto de caídas: menos de 19 puntos; riesgo de caídas: de 19 a 23 puntos, y riesgo bajo o leve: de 24 a 28 puntos.
Necesidades especiales
La mayor parte de las pruebas neuropsicológicas fueron diseñadas bajo el supuesto de que las funciones motrices y sensoriales básicas se encuentran intactas. El examinador debe tomar en cuenta las limitaciones en la agudeza visual y auditiva y las discapacidades físicas que afectan a los huesos, a los músculos o al sistema nervioso periférico al administrar e interpretar la mayoría de las pruebas neuropsicológicas. Si algún factor afecta la entrada de información a un paciente, o cualquier limitación en los canales de salida de una persona, debe ser anotado en el reporte de la prueba y utilizado como parte del proceso de interpretación. Las limitaciones en los canales de entrada o de salida de un paciente pueden socavar la capacidad de un examinador de evaluar áreas de función particulares. Por ejemplo, en pacientes con afasias no fluyentes, puede resultar imposible evaluar su capacidad de entender temas complejos de razonamiento, simplemente porque pueden no existir medios razonables a través de los cuales pudieran demostrar su conocimiento (Hebben y Milberg, 2011).
Bibliografía
Hebben, N y Milberg, W (2011). Fundamentos para la evaluación neuropsicológica. México DF. Manual Moderno.
Pino, O; Guilera, G; Rojo, J; Gómez, J; Purdon, S (2014). Screening del deterioro cognitivo. Madrid: Tea Ediciones.
Rey, A (2003). Test de copia y de reproducción de memoria de figuras geométricas complejas. Madrid. Tea Ediciones.
Rodríguez, C y Lugo, L (2012). Validez y confiabilidad de la Escala de Tinetti para población colombiana. Asociación Colombiana de Reumatología. 19 (4), 218-233.
Rodríguez, M (2011). Pruebas para evaluar la atención. Universidad de Granada.
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